El carnaval sirve para muchos propósitos, a gente muy diversa, para públicos diferentes, en espacios distintos. En carnaval se puede participar para pasar el rato, para esputar bilis, para alimentar el ego, para hacer la pelota a algún potentado, para superar complejos o para ganar dinero (o al menos intentarlo sic.). Por otra parte, también se puede participar en carnaval para hacer crítica política, para alimentar el folclore de nuestro pueblo, para saciar la necesidad de expresión, para estar con los amigos o por pura supervivencia. Así de grande es el Carnaval, así le cabe lo malo y lo bueno, así se usa y así se consume, aquí, y en la Conchinchina. Apenas tiene relevancia y sin embargo es muy importante para muchos.
Para nuestra chirigota el Carnaval
es importante. Porque nos gusta esta fiesta, porque nos une, nos hace vernos y
nos hace compartir momentos inolvidables. También porque creemos en el Carnaval
como vía de expresión y de protesta, cada vez más ausente ésta en las letras de
nuestros estimados compañeros. Cada uno tendrá sus motivos, seguro respetables,
pero ésta es una realidad innegable (ahí están las actuaciones del Fatou para
el que quiera comprobarlo). Igual tiene que ver con que cada vez se protesta menos
en general, porque somos más egoístas o tenemos más miedo, “andullo andullo”
que dice el dicho. En fin, el que la lleva la entiende.
Sin duda este año ha sido un
carnaval de cantidad: dos comparsas, seis chirigotas, un cuarteto, un buen
puñado de murgas, un dúo, un romancero y un romanteto (disculpen la falta de
rigor en las cifras). En cuanto a la calidad, pues ha habido de todo: cosas
buenas, cosas malas y cosas infumables. Si usted no se encuentra entre los
fanáticos uni-chirigota o no es usted un guardián de no-se-que purismo del
carnaval, seguro que diferencia claramente la paja del trigo y encuentra algo
que le agrade.
Las fiestas gastronómicas pre-pregón
han vuelto a pasar sin pena ni gloria. En mi opinión, cantar cuatro cosas sin
tipo desluce las actuaciones y quizás haya que invertir el orden de los eventos
del carnaval, pero eso mejor lo dejo para los “entendíos” y las autoridades
“competentes”. Por supuesto, mi agradecimiento para las asociaciones de vecinos
que siguen sacando adelante las fiestas de barrio, por desgracia cada vez hay
menos gente que hace algo a cambio de nada. A los dueños de los bares del
“triángulo de las bermudas” no hace falta que les de mi agradecimiento, no lo
necesitan, ya se lo cobran ellos mismos.
Las presentaciones oficiales en el
Fatou y los Remedios han vuelto a ser un éxito de afluencia, como cada año, con
todas entradas agotadas a las pocas horas de estar a la venta. Un momento que
la mayoría de las agrupaciones, y la nuestra entre ellas, disfruta al máximo.
Aunque también he escuchado por ahí quejas al público, pero entiendanlo
señores, ¡son siete horas escuchando de todo! (y eso que yo solo vine a
escuchar a mi niño).
Con respecto al DÍA GRANDE, hemos
vivido una chorizá intensa, con mucha animación, buen tiempo y gente en la
calle. No todos iban a escuchar, pero sí los suficientes como para formar unos
cuantos corrillos donde se cuece carnaval del bueno. Según parece, en la
chorizá cada vez es más importante huir de los alborotos llenos de a-ver-que-dice-esta-gente-este-año
y cantarle a unos pocos voluntariosos que buscan escuchar unas coplas sin
prejuicios (una rara avis entre los “aficionados” de nuestra fiesta.)
Por desgracia, desconozco por
completo lo sucedido en la cabalgata y la patacabra, pero para entonces,
después de un mes de pim-pam-pum, uno no estaba ya para muchas castañuelas.
Además de todo esto, este año hemos
pasado muy buenos ratos en El Ambigú, El Gabana, en La Pará, en el Gallery, en
el bar La Plaza y en el bar del Jardín. Gracias por dejarnos cantar, o por
dejarnos cantar e invitarnos, o por dejarnos cantar e invitarnos y pagarnos
(aún queda gente así de enrollada).
Y como no ¡Viva el Fernando Gavilán!
¡Viva el Hogar del Jubilado! ¡Viva la puerta de modas Elvira! ¡Viva Cádiz!
¡Y que Viva el Carnaval!
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¡ATENCIÓN!
EL SIGUIENTE PÁRRAFO PUEDE HERIR SU SENSIBILIDAD SI ES USTED UN DETRACTOR DE LA
CHIRIGOTA DE LOS MANCILLAS. INCLUSO PUEDEN DARLE GANAS DE ESCRIBIR UNA TONTERÍA
EN FACEBOOK. QUEDA ADVERTIDO.
En mi opinión, este ha sido un año
de los grandes para nuestra la chirigota. A pesar de haber sufrido meses de
incertidumbre y desasosiego, porque cada vez tenemos más compromisos familiares
y se hace un poquito más cuesta arriba sacar el repertorio adelante, la chirigota
ha llegado in-extremis para dar lo mejor de sí en este carnaval. Las guitarras
han empujado todo lo que han podido y han sonado como siempre, ¡de categoría!.
La percusión ha superado todas las dudas iniciales para realizar un papel
sobresaliente. El autor ha forzado las costuras del grupo con un repertorio de
los largos, y el grupo ha respondido, al ralentí al principio y cantando a toda
máquina al final. La música, fenomenal, de durce, gracias “dire”.
El repertorio de 2018 merece un
comentario aparte. Juan Mancilla Montero ha sacado uno de los mejores
repertorios, si no el mejor, que ha llevado esta chirigota en 16 años (y de los
mejores de este carnaval si me lo permiten). Ha habido espacio para todo, para
emocionarse, para recordar, para agradecer a los demás y como siempre, para
criticar lo intolerable de este pueblo, de esta gente y de esta política. Pero
no todo ha sido “comparsa”, Juan ha escrito una ristra de cuplés insuperables
que han gustado mucho a los componentes y sobre todo al respetable. ¡Bravo
Juan!
Aunque por desgracia no pudimos
estar todos, en Cádiz vivimos un día muy grande que no vamos a olvidar nunca,
pero eso ya lo cuento otro día, que algún “hater” está a punto de tirar el
móvil por la ventana y cuestan una pasta.
Gracias a todos, os quiero.
Francisco
Javier López Gómez
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